El pasado día 17 de junio, en el marco de un seminario celebrado en el Museo de San Telmo en Donostia-San Sebastíán, Luis Sanzo intervino con una charla acerca de trabajo garantizado, renta básica universal y reducción de jornadas laborales. Trasncribimos aquí su intervención:
GARANTIZAR DERECHOS
FRENTE A DEBATES ESENCIALISTAS SOBRE LA INCOMPATIBILIDAD O NO DE LAS SOLUCIONES
PROPUESTAS
El debate que tenemos planteado
se relaciona con las políticas a desarrollar para hacer efectivos dos tipos de
derechos básicos para la ciudadanía:
a) El primero es el derecho a la existencia en condiciones dignas. La
Constitución española señala por una parte, en su artículo 15, que todos tienen
derecho a la vida, aspecto que tiene una dimensión económica. El artículo 41
señala así que la Seguridad Social debe ofrecer asistencia y prestaciones
sociales suficientes ante situaciones de necesidad.
b) El segundo ámbito a proteger se relaciona con el derecho al trabajo
al que se refiere el artículo 35 de la Constitución, un artículo que asocia
además al trabajo una remuneración suficiente.
Es obvio que la España
post-franquista, constitucional y democrática, ha fracasado en gran medida a la
hora de hacer efectivos estos dos tipos de derecho. Y cómo resolver este
fracaso, o al menos esta debilidad histórica de la democracia, es lo que hace
necesario el debate al que nos enfrentamos.
Pero no para determinar que un
tipo de actuación es necesario y no otros. En este sentido, diría que todas las
medidas que se proponen pueden contribuir a avanzar en dirección al objetivo de
garantizar los dos tipos de derechos señalados. De partida, las diversas
propuestas no tienen por qué resultar incompatibles entre sí salvo que nosotros
mismos queramos fijar tal incompatibilidad esencial.
EL DERECHO A UNOS INGRESOS Y RECURSOS MÍNIMOS NO SE LIMITA A LAS
POLÍTICAS DE RENTA BÁSICA
En lo relativo al derecho a unos
ingresos y recursos mínimos que garanticen el derecho a una protección económica
suficiente, las políticas de Renta Básica me parecen esenciales. Es positiva la
estrategia de que toda la población disfrute, con carácter individual, de unos
recursos personales suficientes.
En esa dirección, y con
independencia de su mayor o menor éxito en garantizar este nivel de recursos
personales suficientes, la introducción de la política de PNC resultó en su
momento positiva; la propuesta de ampliación de la protección en materia de
desempleo que plantea ahora UGT-CCOO también resulta de interés. El desarrollo
de las prestaciones por hijos e hijas es otra posible vía de actuación, lo
mismo que las propuestas de garantía de unos ingresos personales básicos a toda
la población a través de la gestión del IRPF.
En mi opinión, sin embargo, las
políticas de garantía de ingresos no pueden limitarse a esta única línea de
actuación estratégica. Hay otras dos vías de intervención que resultan
necesarias:
La primera se vincula al
establecimiento de un sistema de última red que garantice a toda la población,
de acuerdo con la situación real del hogar o de la unidad de convivencia,
recursos adecuados. La necesidad de este tipo de políticas, que en Euskadi
hemos tratado de desarrollar a través del sistema RGI/PCV/AES, se vincula a la
insuficiencia de las políticas de garantía de ingresos individuales en España.
Esta insuficiencia no sólo se vincula con la existencia de contingencias no
cubiertas sino también con las bajas cuantías de prestaciones como las PNC. La última
propuesta de UGT-CCOO también se sustenta en muy bajas cuantías garantizadas. Y
no puede tampoco asegurarse que la introducción de un sistema de Renta Básica garantice
necesariamente cuantías suficientes para prevenir la pobreza.
Resulta por tanto necesario
establecer un sistema de última red como el que representa el sistema
RGI/PCV/AES que aborde las posibles limitaciones del sistema general de protección.
La experiencia vasca demuestra que, con un gasto limitado, es posible limitar
el impacto de la pobreza y una ampliación moderada de ese gasto permitiría
incluso eliminarla en lo fundamental, al menos en sus formas más graves. En una
situación de crisis social como la actual, me parece por tanto prioritario
orientar el gasto hacia este objetivo de fácil realización económica.
Esto no niega la bondad de las
políticas de Renta Básica. Sólo insiste en la necesidad de prever medidas que
prevengan que unas cuantías de RB insuficientes no permitan hacer frente a la
pobreza.
La segunda vía de actuación
necesaria en una política de garantía de ingresos es establecer medidas que aseguren
a las familias trabajadoras unos ingresos suficientes, no sólo para superar la
pobreza, sino para acceder a unos mínimos niveles de bienestar. El acceso al
empleo debe suponer una garantía mínima de bienestar.
LAS POLÍTICAS DE APLICACIÓN DEL DERECHO AL EMPLEO SON POSITIVAS, TANTO
PER SE COMO EN UNA POLÍTICA DE GARANTÍA DE INGRESOS
La experiencia histórica ha
demostrado las limitaciones de las políticas orientadas a tratar de prevenir el
desarrollo de un sistema de prestaciones de garantía de ingresos a través de
medidas de inserción laboral. Por necesarias que éstas sean, no pueden en
ningún caso sustituir a estas políticas de garantía económica.
Sin embargo, en la medida en que
permitan hacer efectivo el derecho al trabajo, las políticas de reparto del
trabajo o de trabajo garantizado pueden ser positivas. Estas actuaciones,
además, pueden contribuir a reducir el impacto relativo de las situaciones
definidas por la existencia de bajos ingresos
Hay dos tipos de actuaciones en
este ámbito que me parecen especialmente positivas:
a) El primer tipo se vincula a las formas de reparto del trabajo que se
desarrollan a través de salidas completas, o casi completas, del sistema
productivo durante periodos de tiempo suficientemente largos (tipo años
sabáticos). Estas medidas son las que pueden resultar estructuralmente más
ajustadas al funcionamiento del sistema productivo.
b) El segundo tipo se relaciona con las políticas que garantizan una
experiencia de trabajo significativa a personas excluidas a largo plazo del
sistema productivo y del desarrollo de su profesión. En una sociedad como la española,
en la que el desempleo de muy larga duración y la exclusión del mercado de
trabajo se han convertido en una realidad estructural, resulta necesaria la
introducción de políticas que ofrezcan una experiencia de trabajo significativa
a quienes se sitúen fuera del sistema por un tiempo excesivo, por ejemplo
superior a dos años.
Estimado Rb Podemos:
ResponderEliminarRealmente se esta enfocando mal el debate y la cuestion, al margen de los plantamiento politcos que realizas en el articulo.
La primera cuestion es que el trabajo garntizado nunca puede ser una alterntaiva a la Renta basica, por definicion. La renta Basica libera al ser humano del empleo, no del trabajo y por tanto siendo el empleo y el trabajo libre no necesita de garantia, es por tanto un discurso esteril entre parte de la izquierda. (http://rentabasica.blogspot.com.es/2015/04/trabajo-garantizado-vs-renta-basica.html)
Las politicas que se practican por supuesto que todas son positivas cuando se hace cumplir la ley, y esta es la gran problematica de este pais. Que se hacen leyes que no se cumplen.
Teniamos la ley laboral más garatnista de toda europa pero no se cumplia. Se habla de division del trabajo pero desde el comienzo de la crisi nos encontramos con una sobreexplotacion descomunal sobre aquellas personas que tiene un empleo.
¿Como es posible que habiendo tantos parados se realicen tantas horas extras sin pagar en este pais?
¿Esta es la cuestion? Y los costes ocultos en el mercado laboral, son parte de la causa de que se prefiera explotar a quien tiene un empleo que contratara a alguien.
De nada sirve filosofar si no se cumple, ni se hace cumpli la ley.
Sirva como ejemplo este titular de (http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas/65330-el-fin-de-las-horas-extra-sin-remunerar-la-inspeccion-de-trabajo-urge-al-santander-a-pagarselas-a-su-plantilla).
Es por ello necesario legislar para que todas las horas trabajadas coticen de igual forma, elimiar los costes ocultos. Sin esto no es posible el reparto del empleo.
Pues quien hace horas eextra no recibe incentivos para reclarmar una cotizacion que supone un ahorro al empleador y un fraude a la seguridad social. Si se cotizan y contabilizan todas las horas igual luego es el reparto posible.
no sirve legislar de cara a la galeria sino que es necesario legislar de cara a la realidad.
Un saludo