El coste de las políticas de garantía de ingresos (IV). Bonificación al empleo, ayudas de emergencia y algunas breves consideraciones finales.
(Este artículo es el cuarto artículo de una serie de 4. Si quieres leer el primer artículo de la serie puedes pincuar aquí)
Las medidas de bonificación al empleo
Como se señalaba en las
entregas I y II de esta serie, tanto el modelo vasco -como algunas de las
propuestas alternativas que se planteaban- se asociaba a la aplicación paralela
de un sistema de bonificación al empleo. El objetivo de éste es garantizar una
protección más amplia a las personas que, a través de su actividad económica,
contribuyen al mantenimiento del sistema productivo.
Se considera en este
apartado, de forma separada, el coste de estos programas de bonificación al
empleo. Para ello se tienen en cuenta los tres modelos básicos de las entregas
I y II. El resultado aparece en la siguiente tabla.
Coste de aplicación de algunos sistemas
de bonificación al empleo (en euros)
|
||||||
Tamaño de la
unidad de convivencia |
MODELO 426+Bon.empleo:
Cobertura mínima (mensual) |
MODELO 500+Bon.Empleo
Cobertura intermedia (mensual) |
Modelo similar al del País Vasco con bonificación al empleo (mensual) |
|||
Ingresos act.económica
|
Ingresos act.económica
|
Ingresos act.económica
|
||||
0
|
> 250 euros
|
0
|
> 350 euros
|
0
|
> 350 euros
|
|
1 persona
|
426
|
639
|
500
|
750
|
600
|
900
|
2 personas
|
576
|
806
|
675
|
945
|
810
|
1.134
|
3 personas
|
661
|
892
|
775
|
1.046
|
930
|
1.256
|
4 personas
|
746
|
988
|
875
|
1.159
|
1.050
|
1.391
|
5 personas
|
831
|
1.080
|
975
|
1.268
|
1.170
|
1.521
|
6 o más personas
|
916
|
1.191
|
1.075
|
1.398
|
1.290
|
1.677
|
Coste
|
Coste
|
Coste
|
||||
1.239.459.630
|
1.923.390.651
|
3.915.105.416
|
||||
0,12
|
0,18
|
0,37
|
||||
APROXIMACIÓN ALTERNATIVA CON APORTACIÓN
MÁXIMA DE 2.000 € AL AÑO
|
||||||
Coste
|
Coste
|
Coste
|
||||
775.997.929
|
963.047.120
|
1.554.514.968
|
||||
0,07
|
0,09
|
0,15
|
Como puede comprobarse,
el coste específico de estos programas de bonificación al empleo varía entre un
mínimo de 1.239,5 millones de euros, en la aproximación más conservadora, y
unas cifras en 3.915,1 millones de euros en la aproximación similar a la del
modelo vasco. En relación al PIB, la variación se sitúa entre un mínimo del
0,12% y un máximo del 0,37% del PIB.
Una alternativa a la
aproximación planteada, que requeriría la gestión de una cobertura mensual de
las necesidades de la población trabajadora más pobre, sería pensar en una
aproximación más cercana a la del EITC estadounidense, asociada a una
liquidación anual de la ayuda. En este caso, el planteamiento alternativo es
facilitar una aportación anual de un máximo de 2.000 euros a los hogares de personas
trabajadoras con bajos salarios.
Dentro del modelo
planteado de baremos en cada modelo, y teniendo en cuenta ese máximo anual
(susceptible de realizarse en una o dos entregas), el coste podría reducirse
sustancialmente. Se situaría entre un mínimo de 776 millones de euros en la
aproximación más conservadora y en un máximo de 1554,5 en la versión adaptada
del modelo vasco. En términos del PIB, se trataría de un gasto situado entre
0,07 y 0,15% del PIB.
Aunque en esta segunda
aproximación la ayuda es menor, la experiencia del EITC demuestra que podría
tener un efecto claramente positivo al aportar un ingreso de forma acumulada
que, habitualmente, sirve para hacer frente a necesidades especiales de los
hogares con menos recursos.
Las ayudas complementarias y de emergencia
La experiencia de las
políticas de garantía de ingresos en territorios como Euskadi revela que no es
posible atender correctamente todas las necesidades a través de una prestación
de garantía de ingresos. Son necesarias ayudas complementarias para atender los
siguientes tipos de situaciones:
- Emergencias sociales, por ejemplo situaciones de desahucio.
- Gastos de acceso y mantenimiento en la vivienda, tanto los relacionados con alquileres e hipotecas como los requeridos para hacer frente a la pobreza energética, etc.
- Gastos necesarios para mantener una vivienda en mínimas condiciones.
- Modalidades especiales de gasto entre colectivos en situación de riego de pobreza, etc.
Este tipo de
problemáticas han sido atendidas en el País Vasco a través de las llamadas
Ayudas de Emergencia Social y de la Prestación Complementaria de Vivienda. Su
coste es importante, pudiendo estimarse en el caso vasco en torno a un 20% de
lo que representa la prestación de garantía de ingresos en sentido estricto.
Esto supondría, en
aplicación al conjunto español de estas ayudas, y teniendo en cuenta los
distintos modelos alternativos analizados, un gasto suplementario de entre 920
y 3.058 millones de euros, entre un 0,09 y un 0,29% del PIB.
Unas breves consideraciones finales
El objetivo de las
cuatro entregas realizadas ha sido tratar de situar el contexto económico que
supondría poner en marcha una política complementaria de garantía de ingresos
en España, señalando el coste de distintas medidas alternativas. Es
conveniente, en este sentido, que el debate sobre la Renta Básica o las Rentas
Mínimas se sitúe en un contexto económico real, facilitando con ello la toma de
decisiones.
En relación a los datos
económicos presentados, debe señalarse que se trata de estimaciones generales,
suficientemente ajustadas aunque lógicamente sujetas a revisión. Sería
necesaria una aproximación minuciosa por parte de las personas responsables de
desarrollar las distintas medidas pero los costes planteados en las entregas
son suficientemente orientativos.
El análisis de los
datos presentados refleja en mi opinión lo siguiente:
- En primer lugar, las necesidades a las que es preciso atender son muy llamativas. La aplicación de un modelo complejo, pero aun así de objetivos de cobertura limitados, como el que representa el conjunto del modelo vasco de rentas mínimas y prestaciones complementarias, implicaría un gasto suplementario en España cercano a los 18.000 millones de pesetas en España, un 1,71% del PIB. Esta elevada cuantía refleja sin duda el retraso de casi 30 años que acumula el resto del Estado respecto al País Vasco en la aplicación de este tipo de media
- A pesar del coste, lo cierto es que se trata de una cuantía que un Estado como el español puede asumir sin problemas a medio plazo. No actuar en los próximos cuatro años sería dramático, inasumible y no fundamentado en la realidad de la economía española (en especial la de sus grupos favorecidos, totalmente capaces de asumir ese coste).
- La aplicación de programas de Renta Básica implica un gasto suplementario mucho más alto, incluso en el caso de aplicarse en exclusiva a algunos colectivos limitados. Quiénes asumieran esta vía de intervención a corto plazo se verían condicionados por esta realidad, en especial en un contexto de alto endeudamiento del país y de presión sobre las pensiones asociada al envejecimiento.
Las opciones que se
plantean a partir del escenario señalado dependen sin embargo de la voluntad
política y social, en última instancia de las decisiones de los electores y
electoras. Es a ellos a quiénes les corresponde decidir entre los distintos
planteamientos que se puedan realizar.
En el caso de que
tuviera que proponer un programa concreto de actuación para los próximos cuatro
años, mi recomendación se traduciría en los siguientes puntos:
- Introducir inicialmente un programa estatal de rentas mínimas, gestionado y complementado en su caso desde las comunidades autónomas. Este programa, en especial si se fundamenta en cuantías de protección limitadas, debería complementarse con un sistema de ayudas de emergencia asociado que tenga cierta ambición. En su versión más moderada, esta política costaría alrededor de 6.000 millones de euros, alrededor del 0,57% del PIB. Podría introducirse en dos fases, introduciendo inicialmente un Fondo Social para situaciones de emergencia a atender y al cabo de un año el sistema de rentas mínimas.
- Introducir un programa de bonificación al empleo vinculado al IRPF que garantizara hasta 2.000 euros anuales complementarios a la población trabajadora con salarios más bajos. El coste de este programa, en una versión relativamente ambiciosa, se situaría en torno a 1.500 millones, un 0,15% del PIB.
- Introducir un sistema de Renta Básica para menores que, en los próximos cuatro años, llegara hasta los 6, 7 u 8 años, con un coste potencial entre los 2.994 y los 3.992 millones de euros, entre el 0,28 y el 0,38% del PIB.
- Mejorar en lo posible, y de forma complementaria a las propuestas anteriores, el sistema de subsidios y prestaciones no contributivas (PNC).
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